Fue
emplazada hace mucho tiempo en un terreno muy grande.
Construida
inicialmente con techo de chapas, cielo raso de tejuelas y paredes de
barro. Contaba con un solo ambiente, una ventana con rejas y una sola
puerta, chueca y para colmo mal ubicada.
Poco
a poco se le sumaron más ambientes, como el del piso de madera con
un sótano para resguardar húmedas porquerías fotofóbicas y
refugiar a malandras y a rebeldes con causas. Los sótanos del
arrabal acunaron objetos olvidados y por ello fueron los
historiadores displicentes, los más perfectos y objetivos. Luego
vino el del piso de mosaicos, con dos dibujos diferentes que se
distribuyeron en disimuladas franjas de intencionalidad mentida.
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