Noés
vivió mucho tiempo. Aún después de última conjugación, su
porcentaje de degradación era muy bajo. Le gustaba mucho volar como
a todos los metamorfos pero la mayor parte del tiempo vivía en
postura bípeda. Era bohemio como ninguno y bastante abstraído.
Todos
los metamorfos eran bastante bohemios debido al nulo interés por los
bienes materiales. Pero Noés era un caso especial: El amor lo superó
y se humanizó definitivamente y se dejó atravesar por la negrita,
la que ya había tenido, sin saberlo, contactos con otros seres
metamorfos.
Aparentemente,
el primero que tocó a la negrita fue Praymus. Y la tocó bastante
mal, Praymus no era consciente de
los desastres que provocaba, o no le interesaba. Por suerte Kerefrén andaba cerca y se percató inmediatamente de esa situación. Entonces se puso a remediar las cosas, al principio le ardió un poco pero todo se solucionó, dejó de respirar por la piel y quién sabe en qué alimaña se transformó.
los desastres que provocaba, o no le interesaba. Por suerte Kerefrén andaba cerca y se percató inmediatamente de esa situación. Entonces se puso a remediar las cosas, al principio le ardió un poco pero todo se solucionó, dejó de respirar por la piel y quién sabe en qué alimaña se transformó.
Tiempo
después, Noés llegó a la negrita cuando buscaba a la anciana; la
información le llegó a través del padre de ella, que había muerto
en una lejana prisión. Luego de aquel encuentro Noés se sintió
abrumado por la fogosidad de la muchacha y huyó al Amazonia. El
también estaba interfiriendo los destinos que se había planeado
para los Kalós, que ha pesar de Praymus y de la luz mala todavía
seguían su curso.
Pasado
un lapso Noés se encontró con Kerefrén, por él se enteró de la
macana que se había mandado Praymus y de cómo la pudo arreglar a
tiempo. Justo antes de que los destinos se confundieran por completo.
Noés
se conjugó por última vez en medio de la devastación y retornó al
sur. Yiraba de un lado para otro como siempre, disfrutando del sexo y
del arte humano; evitaba, en lo posible, para no interferir,
acercarse al barrio. Pero un día no resistió al llamado de Paula y
se entregó definitivamente, la psiquis de la negra era muy poderosa,
irresistible.
Noés
atiende un bolichito junto con la negrita, laburan todo el día con
los comerciantes, los taxistas, las estudiantes de un instituto
vecino y la poca gente que pasa. El lugar es más o menos limpio, a
pesar de que no lo sugiera el olor a fritanga y a grasa quemada, es
el viento el que no los favorece. De noche, los parroquianos cambian
totalmente de idiosincrasia. El pub
se llena de poetas, músicos amateurs, pintores, cineastas de poca
monta y otros artistas fracasados que se dedican a la docencia.
Cierran temprano por que luego de las doce las cosas se ponen un poco
pesadas.
El
lugar ese también es un lugar de reunión de la comunidad, pues la
negra tiene la particularidad de atraer cada vez más a medida que
envejece. No es su cuerpo lo que produce esas convergencias.
Al
mediodía sirven unos fideos de colores que son una delicia.
Ellos
inventaron el “Dragón plateado a la riojana”, va acompañado con
un vino dulzón que el mismo Noés patea. El dragón no es otra cosa
que carne de iguana. Son los carasucias del barrio los encargados de
cazarlas, son una plaga, ambos.
El
término dragón proviene de un amigo de Noés que tenía demasiada
imaginación. Como humano había sido escultora. Luego de una larga
etapa de experimentación morfológica se dedicó a ensayar con
animales imaginarios y mitológicos. Él es el culpable de los
dragones, grifos, unicornios, pájaros mudos y zorrinos albinos.
Estos animalitos perfumados existen como especie biológica gracias a
sus andanzas a campo abierto. Comprendía la genética a la
perfección. En cierto sentido fue un conjugado ejemplar, casi como
Kerefrén, más habilidoso con las formas y en velocidad incluso. Le
gustaba jugar mucho con los colores, especialmente la fosforescencia.
Sus ojos se le ponían verdes a como casi todos, pero estos tenían
un intenso brillo.
Este
individuo era demasiado sensible e invasivo. Manipuló y deterioró
un montón de mentes. Fue el que más contactos tuvo con la estirpe
de los Duclú.
La
negra canta. Y cómo. Encanta mejor dicho. No tiene demasiados
recursos vocales pero sus giros emotivos erizan la piel. Sobre todo
cuando su voz se convierte en un hilo de tristeza cuando musita
alguna de sus canciones referidas a la soledad. Ella vuelve llorar a
veces y luego pide disculpas. Se pone disfónica rápidamente, por
eso sólo canta un ratico.
A
veces candombea un tanto y la fonda se hace en fiesta. Ella tiene un
pasito muy particular que contagia alegrías. Baila o camina hacia un
costado mientras toca su guitarra. Se encorva hacia delante, insinúa
sus esencias maternas, taconea un poco y eleva su frente. Canta un
poco mirando la nada como si fuera ciega. Luego empieza de nuevo,
desplazándose lateralmente otra vez pero en sentido inverso.
“Las
emociones no pueden registrarse en una base de datos”, a pesar de
toda la plata que le ofrecen, la negrita no quiere registrar
intelectualmente sus obras. Los empresarios aseguran que está loca,
tanto los de las musigráficas como los de las publicaciones
eróticas, que le ofrecen mucha más plata que los anteriores. A
estos sujetos los seduce; los hace calentar para subir el precio
tocándole las manos y exhibiendo parcialmente sus senos. Siempre y
cuando sea verano y tenga puestas esas camisolas abiertas que diseña
esa amiga tan hermosa que parece una gitana.
-
¿Sabés lo que vale esto?- dice la morocha mientras se acaricia los
pechos que con la edad se fueron poniendo cada vez más voluptuosos.
Finalmente
la negra les dice que no y los tipos se van con el glande babeando y
con calentura múltiple. Ella y Noés se ríen un rato por que eso
les hace muy bien al alma y luego continúan con su vida cotidiana.
Si es que puede llamarse así esa clase de vida. Se divierten mucho
burlándose de los hombres de negocios.
Un
cantautor Canamericano quiso registrar como propia una de esas
canciones de la gente. Todavía se están riendo de él.
Noés
le recita viejos poemas que ella adapta y musicaliza. En aquella
morada no hay ninguna consola electrónica, por eso ellos se reúnen
en la biblioteca y Noés le relata historias antiguas. Recordar es un
ejercicio imprescindible para la estabilidad de Noés. A veces ellas
se conmociona con esas historias épicas y entonces les pone melodía
y verso. La negra entra en trance cuando compone, estas emociones a
su vez, se retroalimentan en Noés y lo convencen de terminar de una
vez por todas de no volver a contratar centurias. Las composiciones
más nuevas están basadas en versos Amazónicos que Noés recuerda
por fragmentos y que la negra completa mezclando idiomas.
La
música de la morocha ya pertenece a la gente, millones de copias de
centenares de sus brevísimas actuaciones circulan por todo el mundo.
Pero no hay nada como verla en vivo, sobre todo por su belleza.
Escuchar a la Kalós es escuchar a Billie
Holiday y a Minnie Ripperton y a Dinah Washington y
a Corsini y a Gardel y a todo el trío argentino. Pero también tiene
sus arranques de furia como Kurt.
La
negra tiene muchas imitadoras y muchas seguidoras, entre ellas la
conocidísima Cassandra. Aunque esta es un poco más yazzera y se
nota que jamás mamó tango. Además, es imposible que pueda plasmar
esa mezcla de candombe, ska y cumbia sicodélica fusionando voz y
guitarra acústica como Paula. A veces se acompaña con una banda, a
veces Noés toca un piano Rhodes que encontraron en un basural y
ellos mismos repararon. Ustedes sospechan a qué familia perteneció
el individuo que les sugirió buscar en ese extraño lugar.
Paula
nunca canta más de tres canciones. Cuatro o cinco si es el
cumpleaños de su fallecido padre.
Su
rostro ha cambiado notablemente, ya no tiene esa cara de renegada que
la caracterizaba. Sonríe todo el tiempo y su andar recuperó el
movimiento femenino que poseía de pequeña. Los kilitos de más le
sientan bien.
Ella
canta para él, para Noés, ya que sus emociones explotan y corren
locas a producir un galope orgásmico su corazón. El público es una
excusa para emocionarse un poco más, por eso lo necesita.
Noés
devuelve los galopes penetrando en Paula, que lo recibe desbocada
cuando se montan mutuamente.
Las
vecinas ya se acostumbraron a los quejidos. Es más, los desean, ya
que luego se benefician con sus maridos que reviven las trasnoches de
sábanas húmedas y de juventud y virilidad.
La
pareja está muy expuesta.
Pronto
partirán.
Hay
un público desierto esperando.
RESCATAN SUBMARINO SANTIAGUEÑO
El martes por la tarde fueron encontrados...
JARABE PARA LA TOS INTOXICA A PERROS CAZADORES
En la historia de las adicciones jamás...
(*)
Black Magic Woman
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