< Aveces creo que soy un escritor . beta >
Escupía palabras
combinadas y las regalaba indiferente.
...
El olvido premia
Y vuelta a escupir
Bellas
combinaciones de palabras regaladas
Indiferentes
Regaladas
Combinadas
olvidas
entregas
premio
Cada vez entiendo
menos
Escupo palabras
entendidas
El olvido entiende
Escupo menos cada
vez
Vuelta a menos
Cada vez premio
Indiferente
Regalada
Pero el papel no
lleva mi ritmo
Palabras
criminales
Combinadas
Indiferentes
Combinadas cada
vez menos
Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
entiendo
NadA
A
veces un simple cronista de las historias simples de mi gente, un
periodista del pregón local.
A
veces un comerciante, un mercenario de los textos.
Escribo
siempre a la noche, tarde, luego de la cena, cuando mis chicos ya
descansan y mi cuerpo y el de mi pareja no desean oscilaciones
mutuas.
Generalmente
me acompaño con alguna ginebra, jengibre, algún vasito de Gin o de
Vodka.
Vuelco
las vivencias de la gente sobre una pantalla que me cansa. Invento
personajes y les acoplo esos hechos que tergiverso, dramatizo o que a
veces me obligan suavizar.
La
decencia o la indecencia.
Estuve muy cansado aquella (o esta) noche, o muy borracho tal vez. Me dormí sobre mis letras abotonadas. Y soñé ardores locos.
Estuve muy cansado aquella (o esta) noche, o muy borracho tal vez. Me dormí sobre mis letras abotonadas. Y soñé ardores locos.
El
despertar me produjo una comezón mental. Creía que había
despertado de la vida, que toda mi vida había sido un sueño, y que
nacía sobre un frío e incómodo teclado de escritura manual.
Creo
que tengo recuerdos falsos en mi mente. Siento algo que me ahoga,
algo que toca mi aparato respiratorio por dentro, algo que me infla y
me desinfla. Soy un globo, subo y bajo.
Recuerdo
conducir un automóvil a gran velocidad ¿Pero cuando lo hice? ¿Por
qué recuerdo eso ahora? Sólo estaba indagando en la vida de algunos
alumnos del Colegio Vieytes; vidas similares que se repetían en
épocas diferentes.
Mi
pierna izquierda está dormida, entumecida, como si sostuviera a un
elefante y no a un hombre maduro como yo. Pero estoy sentado en un
moderno sillón ergonométrico. Mi pierna también recuerda.
Una
mariposa pasa volando delante de mí. Mi vida es una superposición
de imágenes.
Conduzco
desde el lugar equivocado, o bien el auto es inglés, o australiano.
O
soy mi espejo..ojepse im yos O
Algo
pincha una vena de mi brazo izquierdo (o derecho). Intento matar al
insecto con mi otra mano, ella atraviesa mi brazo. No sé cuál de
las dos es la fantasma. Soy un medio hombre, mitad cuerpo, mitad luz.
Soy
un boomerang que gira quieto.
Luego
mi consciente pierde su orientación frontal. No soy el que soy hacia
delante. Primero soy hacía un circulo, luego hacia una esfera. Mi
ser es un punto que se enfrenta al universo y es su
centro.
Quizá
deba estallar.
¿Qué
es lo que soy entonces? He perdido mi identidad humana.
Soy
un ser que escribe como loco en su asistente de textos. Tirado en una
camilla.
No,
eso es imposible, no puedo estar acostado y escribiendo, sí
dictando, pero no escribiendo. Los puntos no tienen boca.
Olores
aldehídos penetran por mi nariz inexistente.
El
universo desbocado a perdido su consistencia fórmica. Miles de mis
dedos punto intentan elevarse.
Sé
que tengo que hacer algo, pero no lo recuerdo.
¿El
fin existencial?
Nado
en un mar de fuego negro.
¿El
fin de la existencia?
Sé
que tengo que ayudar al que me ayuda.
No
me despierto sobre mi teclado, sobre él me desmayo.
Una
aguja me inyecta sangre, un alacrán me succiona veneno.
Tal
vez esta sea una forma de morir, cuando todo comienza a dejar de ser
consistente. Como los recuerdos del señor García o los del señor
Bosh. Señores que nunca conocí.
Soy
una recta, me sacudo, ondulo como un pez, como una anguila. Quiero
salir de mí y de mi pesadilla.
Quiero
conservar la cordura soy un historiador, soy una curva historiadora.
Una historiadora.
Mi
cierro sobre mi yo. Soy un círculo imperfecto.
Un
rectángulo.
Una
ventana que puede atravesarse a si misma. Un desmayo atravesado por
un volante.
Soy
una historiadora, mira mi entrepierna, una falla cósmica, mira mis
pechos, altas montañas planas.
Tomo
una curva a gran velocidad.
Mi
pie derecho es el asa de un gigantesco fuelle, alguien lo mueve,
chupo y escupo aire.
Veo
spines que han cambiado, spin uno, spin dos, spin tres spin medio
tres cuartos, subespines y superespines (sospecho en estos alguna
broma, ¿pero de quién?)... puedo volver a cambiarlos, pero no me
animo. Puercoespines.
Sé
que debo hacer algo.
Mantengo
separadas las esferas brillantes de las opacas.
Ahora
sé que estoy tratando con una simbología. Pero en el fondo, mi
mente está haciendo algo realmente útil, nada parecido con ese
tonto juegos con pelotitas.
Separo
las duras de las blandas.
Las
pelotas redondas de las cuadradas. ¡Pelotas cuadradas!
Estoy
ayudando, quizás lo esté haciendo bien. Las esferas desaparecen,
trepo paralelamente por miles de senderos a velocidad inusitada.
Las
cosas se aquietan, recuerdo una ruta (Material)
Gotas
de lluvia como escupitajos de guanacos mueren en mi parabrisas;
deforme.
En
un auto de colección, sin comandos electrónicos, mi pie izquierdo
se equivoca al tocar el freno y me estrello.
Soy
millones de estrellas que se esparcen por el aire, como las semillas
de los hipopótamos y como el polen de los cactus.
Chupo
y escupo sangre.
No
alcancé a llegar a casa, nunca estuve en ella, no escribí, no cené,
no nadé no nada.
Chupo
y escupo borbotones de vida.
No
nací en mi escritorio, sino todo lo contrario.
Un
dragón llega volando y me besa en la boca. Bebe mi sangre. Me llena
de placer.
Si
mi marido se entera me mata.
Despierto
de un coma después de meses.
Debo
irme de aquí, ellos no saben que ya no soy humana.
Espero
que mi hija quiera ser historiadora, que abandone esas ideas locas de
ser piloto.
O
poncho.
Vuelo
de la mano amorfa.
Tengo
mucho que aprender. Lo he olvidado casi todo.
Creo
que fui la señora R.
Profesora,
arqueóloga, amante, madre, relatora, hija.
Pero
ya no importa, ahora, reina de las formas.
Chupo
aire que me infla. Vomito recuerdos absurdos de la Revolución
Francesa. Escupo otros recuerdos inverosímiles de vidas no vividas.
No
soy fórmica, voy a serlo.
SE
EXTRAVÍA EL CADÁVER DE UNA HISTORIADORA.
(ALKWT)
Después de una larga agonía, la señora Rita R. de Benedictis...
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